martes, 22 de noviembre de 2011

ENTREVISTA A CARLOS MONSIVAIS

Maestro, ¿por qué cayó en desuso la declaración amorosa?
Porque no tiene mucho sentido una letra de bolero sin música, y porque el cambio de lenguaje obliga a la franqueza que sólo se declara cuando se quiere hacer gala de anacronismo.

¿Los altos funcionarios también se enamoran?
Supongo que sí, pero si se declaran lo hacen con tres copias por lo menos: a la Contraloría, al Departamento de Personal y a su esposa, para aminorar la demanda costosa de divorcio.

¿Por qué en la actualidad es más fácil relacionarse por internet que personalmente?
Porque el tráfico es tan extenuante que si uno cruza la ciudad para hablar con el ser amado, cuando lo encuentra al cabo de dos horas de tensión y fastidio, ya sólo se le ocurre maldecirlo. Nada mata tanto el amor como el tráfico, y en cambio el internet es una navegación plácida.

¿Cree que el matrimonio acabe con el amor?
No, si los contrayentes posponen el enamoramiento hasta las bodas de plata.

¿Cuáles son los errores más frecuentes de los conquistadores amateurs?
Creerse irresistibles es el primero, y ser irresistibles el segundo. Si se creen irresistibles fracasarán; si son irresistibles no necesitan conquistar, basta con esperar la nube de ofrecimientos.

¿Son los regalos un chantaje encubierto?
Los regalos no son un chantaje sino un soborno. Pero eso sólo desde una perspectiva materialista que ignora la abundancia del corazón; en rigor, los regalos no son ni chantaje ni soborno sino el afán de incorporar el consumo a la estrategia de la rendición amorosa.

¿La infidelidad se aprende o se hereda?
No creo que haya tal cosa como “infidelidad”; lo que existe es la falta de notificación de los extravíos pasajeros. Y ese olvido se hereda a través del aprendizaje.

¿Habrá dejado Mauricio Garcés un legado semejante al de Casanova?
No, porque Casanova carecía de distancia irónica respecto a sí mismo, y nunca soñó con el close-up.

Recuerdo una frase suya: “Permíteme presentarme, soy el sueño que aún no has tenido por falta de imaginación”.
Recuerdo otra: “¿Tú aquí? Yo te hacía en mis brazos”.

De entre cartas, piropos y tarjetas, ¿cuáles son las sentencias más afortunadas que recuerda, en cuánto a humor?
Son muchísimas, la que más me gusta es —con entonación sarcástica—: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente”.

¿Es cierto que “verbo mata carita y que cartera mata a todos”?
Cartera no mata al amor puro y sencillo. No lo mata pero sí lo deja en calidad de reliquia en el desván.

Normalmente, cuando alguien se da cuenta de que le gusta a otra persona, comienza a abusar de ella y agarrarla de bajada, ¿cómo se libra uno de tal situación?
Evitando mostrar los sentimientos, y de preferencia renunciando a ver otra vez a una persona tan abusiva.

Ponerse de alfombra ante la persona amada, ¿es un defecto o un placer sublime?
Es un defecto de la otra persona, que si tuviera dignidad no aceptaría una actitud sublime de quien la ama.

¿Qué es lo mejor para sobrellevar una decepción amorosa?
Oír toda la noche canciones rancheras, y a la mañana siguiente abjurar de la cultura popular.

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